Cuándo pedir ayuda
Cuando un amigo o un ser querido anciano o discapacitado necesita ayuda, las señales pueden manifestarse de diversas maneras. Algunas señales son obvias para amigos y familiares, independientemente de la distancia o la relación. Esté atento a lo siguiente:
Llamadas cercanas o nuevas dificultades
Si su ser querido anciano o discapacitado ha estado viviendo solo, es probable que haya sido relativamente autosuficiente durante algún tiempo. Sin embargo, si su ser querido ha comenzado recientemente a tener nuevas dificultades oa sufrir “llamadas cercanas”, como caídas, cicatrices médicas o incluso accidentes automovilísticos, es probable que sea el momento de pedir ayuda.
Cuando una persona anciana o discapacitada vive sola, es más probable que estas “llamadas cercanas” sucedan una y otra vez y, cuando suceden, es aconsejable contratar a un cuidador de confianza para asegurarse de que alguien esté allí para responder a las caídas u otros. accidentes
Condiciones de salud crónicas o empeoramiento de la salud
Los problemas progresivos como la demencia, la insuficiencia cardíaca congestiva y la EPOC pueden provocar una disminución rápida. Generalmente, la presencia de estos problemas significa que es hora de pedir ayuda a un cuidador calificado o de trasladar a la persona a un centro de vida asistida.
Dificultad de recuperación
En personas mayores o discapacitadas, las enfermedades comunes como los resfriados o la gripe pueden producir problemas de salud graves. Si un ser querido anciano o discapacitado ha sufrido recientemente una enfermedad común pero está teniendo dificultades para recuperarse, considere pedir ayuda. Esto es especialmente cierto si su ser querido no pudo o no quiso obtener la ayuda que necesitaba durante el tiempo de la enfermedad, lo que provocó que la enfermedad se volviera mucho más grave.
Dificultad con la vida diaria
Las actividades de la vida diaria son las habilidades que un adulto necesita para vivir de forma independiente, sin el cuidado de un familiar o cuidador. Estas habilidades incluyen vestirse, cocinar, conducir, ir de compras, usar el baño, bañarse, lavar la ropa, tomar medicamentos y limpiar.
Desafortunadamente, la edad o la discapacidad a menudo privan a las personas de estas habilidades y les dificultan cada vez más vivir solos. Afortunadamente, si un ser querido está teniendo dificultades, traer ayuda en el hogar a la ecuación a menudo puede restaurar algo de independencia y ayudar a la persona a vivir una vida mejor.
Señales físicas de que es hora de pedir ayuda
Una persona anciana o discapacitada que está en declive exhibirá signos físicos notables que indican que se necesita ayuda en el hogar. Cualquiera de los siguientes signos justifica una llamada de asistencia:
Pérdida de peso
Si su ser querido se siente más delgado o parece que está nadando con su ropa, es muy probable que algo ande mal. Las condiciones físicas que van desde los tumores hasta la depresión pueden causar pérdida de peso, al igual que la disminución de las habilidades motoras que pueden resultar en una pérdida de la capacidad para cocinar o comprar.
Además, algunas personas mayores o discapacitadas pueden estar olvidando cómo cocinar o comer. En estos casos, es aconsejable asegurarse de que haya comida en la casa y dedicar algún tiempo a observar cómo la persona se prepara la comida. En cualquier caso, la pérdida de peso drástica es una razón válida para llamar a un cuidador en el hogar.
Aumento de peso
Al igual que la pérdida de peso, el aumento de peso repentino y drástico puede indicar problemas de salud graves como la diabetes. Además, el aumento de peso puede indicar que una persona tiene problemas financieros y subsiste con alimentos procesados baratos en lugar de alimentos saludables. Vigile la preparación de la comida y pida ayuda si nota que la persona se olvida de haber comido o se da atracones durante todo el día.
Fragilidad
Si nota que su amigo o ser querido tiene dificultades para completar tareas simples como quitarse los zapatos, abrir cajones, barrer o levantarse de una silla, es hora de pedir ayuda. A medida que las personas envejecen, generalmente se vuelven más frágiles, lo que puede ocasionar dificultades para completar las actividades cotidianas.
Apariencia desaliñada
Por lo general, es posible saber mucho a partir de la apariencia de una persona. Si nota que su ser querido normalmente bien cuidado está usando ropa manchada, descuidada o rota, o que el cabello y el maquillaje están notablemente diferentes o desordenados, considere pedir ayuda. Estos signos generalmente indican que la persona ha perdido fuerza, destreza o memoria y son una razón válida para solicitar ayuda en el hogar. Las personas mayores o discapacitadas a menudo necesitan ayuda para vestirse, afeitarse y arreglarse el cabello, y un cuidador en el hogar puede ayudarlos a satisfacer esas necesidades.
El caso de la ayuda en el hogar
Darse cuenta de que un amigo o un ser querido necesita ayuda nunca es una experiencia fácil. Ver a una persona decaer es difícil y empeora por el hecho de que a menudo necesita ayuda que simplemente somos incapaces de brindar. En estos casos, lo más importante que puedes hacer es notar signos que indiquen deficiencias físicas o mentales y encargarte de buscar ayuda para tu amigo o ser querido.
A menudo, las personas mayores o discapacitadas se avergüenzan de pedir ayuda y lo ven como una señal de que se están volviendo infantiles o incapaces. Asegúrele a la persona que esto no es cierto, que no hay nada de qué avergonzarse y que la ayuda adicional puede ayudarla a preservar la calidad de su vida en lugar de restarle valor. Aunque puede ser difícil, pedir ayuda nunca es algo de lo que avergonzarse y la atención domiciliaria a menudo puede preservar, extender y mejorar la calidad de vida de una persona durante muchos años.